Las generaciones van cambiando con el paso del tiempo y por lo mismo los hábitos y maneras de comunicarnos.

Es verdad que la tecnología nos ha brindado un sin fin de herramientas para el mejoramiento de la vida del ser humano, pero así como nos ha traído cosas positivas también ha ocasionado una gran variedad de limitantes con respecto al cuidado y a la consciencia de nuestro cuerpo. Ahora nos hemos convertido en seres más sedentarios, puesto que, pasamos largas jornadas sentados frente a una pantalla.

La manera de comunicarse de niños y adolescentes ha sido por medio de tabletas, celulares o computadoras, dejando a un lado la interacción directa con los demás y no sólo me refiero al confinamiento, donde las condiciones por la pandemia han sido esas, sino también en nuestra antigua interacción.

El arte en cualquier expresión busca reflexionar, concientizar y trabajar con las habilidades que poseemos como seres humanos. En el caso de la danza, trae consigo miles de beneficios para el cuerpo y la mente, fomentando la expresión y sensibiliza al ser humano con respecto a él y su entorno.

El movimiento y la activación de nuestro cuerpo puede ayudarnos a mejorar nuestra salud y prevenir  enfermedades, conectar y conocer mejor las capacidades corporales  con las que contamos, así como la oportunidad de mejorarlas, adquiriendo resistencia, flexibilidad, coordinación, motricidad y fuerza.

No solo nos proporciona beneficios físicos, también ayuda a fomentar la socialización puesto que, la interacción con nuestros pares la favorece de manera directa. En ocasiones, los niños y adolescentes presentan dificultades para comunicarse con los demás y por medio de la danza mejoran sus destrezas para poder expresarse, adquiriendo confianza en sí mismos, logrando  mejores relaciones  con los otros.

Aporta gran variedad de herramientas para generar confianza y  fortalecer el autoestima, en esta etapa, en la cual es muy importante trabajar las bases de su personalidad, viven cambios constantes debido a su desarrollo y es fundamental que aprendan a valorarse y a entender sus emociones, pensamientos y necesidades. De igual forma esta expresión artística ayuda a disminuir problemas  como la ansiedad, depresión y estrés.

El arte puede abrirnos una gama de posibilidades para desarrollar nuestra creatividad e imaginación, así como el pensamiento crítico, la empatía, el trabajo colaborativo entre muchos otros.