Desde el mes de febrero fue cada vez más recurrente observar alrededor del mundo fábricas cerradas, autopistas vacías, calles desérticas…  a medida que la pandemia de coronavirus avanzaba inexorablemente, por lo que el haber restringido o detenido las actividades humanas ha aportado un gran beneficio al medio ambiente

Los beneficios del Covid-19

La disminución  de la cantidad vehículos circulando, la reducción de la producción industrial y el consumo se traduce en menos contaminación, aguas más limpias y cielos más claros.

La disminución  de la cantidad vehículos circulando, la reducción de la producción industrial y el consumo se traduce en menos contaminación, aguas más limpias y cielos más claros.  El hecho de que menos personas transiten por las calles, ha generado una importante reducción en la producción de basura y elementos contaminantes. Desde China hasta Venecia, Barcelona o Madrid, estos son algunos de los efectos secundarios positivos de la crisis sanitaria.

Como epicentro de la epidemia, China fue el primer país en mostrar una mejora en la calidad del aire, pues el cierre de fábricas y comercios derivaron en una  caída de los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) y carbono (CO2), los efectos del confinamiento humano y la baja en la producción industrial también se han visto reflejadas en Madrid, donde pavorreales y ciervos han salido a las principales avenidas en busca de alimento; en la transparencia de los canales de Venecia por los que de nueva cuenta transitan peces y cisnes; así como en las calles de California hasta donde han llegado los coyotes para explorar.

En Latinoamérica, la naturaleza también ha aprovechado la ausencia de personas para deambular por las zonas que naturalmente les pertenecían, tal es el caso de las playas en Lima, Perú, donde se pudo observar la llegada de algunos delfines y lobos marinos.

Un respiro para CDMX

En la Ciudad de México la calidad del aire, ha mostrado una mejora en las últimas semanas.

En la Ciudad de México la calidad del aire, ha mostrado una mejora en las últimas semanas y dado a los ciudadanos la oportunidad de mirar un cielo despejado, un aire más limpio y la reducción en las emisiones de gases que contribuyen al cambio climático. Los animales y las aves que viven en los parques urbanos, como los gorriones y las palomas, pueden abandonar su territorio habitual y liberar espacio para otros animales.

En cuanto a los pájaros, no es que haya más, sino que ahora se los puede escuchar cantar al haber menos contaminación por ruido. Algunos pájaros dejan de cantar cuando hay ruido, pues el ruido también altera su comportamiento y les genera estrés. Además, confinadas en sus casas, las personas tienen más tiempo para observar y disfrutar  la naturaleza desde sus ventanas o jardines

Debido a estas mejoras, la pandemia de COVID-19 ha sido considerada por algunos expertos en el tema,  como un “respiro para el planeta” y hasta un mecanismo de defensa que la naturaleza ha implementado para revertir los efectos de la humanidad.

Ahora corresponde a nosotros continuar cuidado al único hogar que tenemos: el planeta Tierra.