En marzo de 2020, el ex secretario de Educación Esteban Moctezuma, dio a conocer que las escuelas desde educación inicial y hasta educación superior, suspenderían la asistencia a las instalaciones de manera presencial, lo que significó para alumnos, alumnas y el resto de la comunidad escolar un encierro en nuestros hogares denominado “cuarentena”. Sin embargo hoy marzo del 2021, no ha sido posible regresar al espacio que consideramos nuestra zona de aprendizaje y socialización.

A raíz de esta nueva normalidad hemos tenido que aprender a dar e ingresar a clases de manera virtual, ocupando plataformas como Zoom, Google Meet, Google Classroom, etc. Se ha convertido en un reto para nosotros los profesores y profesoras implementar estrategias para el aprendizaje y adaptarnos a los recursos con los que cuentan nuestros estudiantes.

Derivado de ello ha surgido entre la comunidad escolar diversos trastornos como ansiedad, depresión y sobrepeso en los niños, niñas y adolescentes que han tenido que mantenerse en sus hogares y frene a un dispositivo móvil o computadora para tomar sus clases.

¿ Y la socialización y la actividad física?

Y ¿qué pasa con la socialización y la actividad física que se realizaba de camino a la escuela, durante los recreos y entre clases en las escuelas? pues simplemente no existe.

La actividad física mínima que los alumnos y alumnas pueden realizar en sus casas es caminar dentro de sus espacios y para quienes tienen la oportunidad y el interés las clases de Educación Física, danza, teatro, karate, gimnasia, box, etc. Por lo que ha representado una suma de crisis emocionales y en el desarrollo motor el que los niños, niñas y adolescente no realicen actividad física.

De ahí que se sugiere que todas esas ocasiones en las que los chicos puedan realizar actividad física como las clases de Educación Física y oportunidades en las que la familia pueda poner en práctica juegos tradicionales adaptados al espacio, juegos de baile improvisado, boliche, yoga, aprender a hacer malabares con pelotas, desplazarse de diversas formas en los espacios seguros de la casa, hacer video llamadas a los amigos y más, se lleven a cabo para evitar la acumulación de energía y emociones negativas en los niños, niñas y adolescentes.